La moda de la falsa felicidad
- Sandra Gamero
- 25 jun 2018
- 2 Min. de lectura

Hoy en día abundan las frases tipo "Sonríe siempre", "Siempre adelante" o cruelmente la frase "Consigue ser feliz en 10 días", como si la felicidad fuera algo que conseguir, un premio o un producto.
Estamos en la era donde se nos empuja a conseguir una supuesta felicidad que con cuatro cambios de hábitos, ya está. Y las personas siguen buscando y buscando sin cesar, corriendo tras una zanahoria que parece que siempre se escapa, no se queda quieta.
Hay personas que buscan esa zanahoria en productos materiales (ropa, coche, tener el último modelo de móvil...).
Otros buscan la felicidad haciendo cursos, talleres y formaciones sin parar a ver si dan con la tecla.
Otras personas la buscan apegándose a una persona o una relación, centrando toda su vida en ese espacio común.
Otros en la comida, en el juego... Cada uno busca la felicidad donde sabe y puede.
¿Y cuál es el resultado? Que esa supuesta zanahoria tan rápido que llega, tan rápido se va.
Es una felicidad efímera, maleable y condicionada por los eventos externos, es decir, depende de lo que ocurra fuera de mí.
No la podemos controlar, e intentamos agarrarla para que no se vaya. Pero en cuanto haya alguna circunstancia externa a ti que no te guste o que no se ajuste a tus expectativas, la zanahoria se va.
Vivimos entonces a merced de los demás y de las circunstancias externas. Si el día está nublado, si mi pareja hoy no me dijo que me quiere, si el conductor de al lado me llamó la atención, si mi madre me ha dicho que tengo que adelgazar, si el autobús llegó con retraso... Cualquier circunstancia es proclive a sacarte de esa supuesta felicidad.
El problema viene cuando buscamos, buscamos, y buscamos, y seguimos buscando fuera de nosotros eso que nos han dicho que es la felicidad. La panacea a todos mis problemas, mis dolores y mis penas.
El problema viene cuando me apego a alguien porque creo que me va a dar eso que busco o necesito.
El problema viene cuando tengo que sonreír cuando no tengo ganas, tengo que estar alegre o triste cuando no me nace o tengo que verlo todo positivo cuando no veo nada ahora que me aliente.
Todo en nombre de la FELICIDAD. Una felicidad ficticia e impostada. Porque la "felicidad" está de moda.
Y entonces te digo: Si la felicidad no es duradera, no es felicidad. Si no es estable, no es felicidad. Si depende de lo que haya fuera de ti, no es felicidad.
Alegría, euforia, estar contento, estar tranquil@... Todos estos sentimientos, sucedáneos por supuesto de la felicidad, pueden definir o explicar tu estado emocional. Al igual que las emociones, son efímeros si los dejamos ser. Van y vienen. Tienen intensidad dependiendo de la carga emocional que tengan.
La felicidad genuina tiene que ver con el Ser.
Es estable, no cambia por los eventos externos, es la alegría de nuestra existencia, de sabernos libres en esencia, es la Verdad frente al condicionamiento mental.
Sandra Gamero
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