Litha, solsticio de verano: 21 de junio
- Sandra Gamero
- 18 jun 2018
- 2 Min. de lectura

En Litha el Sol es el protagonista, la luz del día triunfa sobre la oscuridad. Es una etapa de fuerza, optimismo y acción.
La noche de la víspera del solsticio, los druidas encendían fuegos circulares en lugares sagrados, cerca de fuentes de agua, que mantenían vivos toda la noche.
Aunque la noche del solsticio es el 21 de junio, la iglesia cristiana adaptó esta fiesta pagana al 23 de junio, asociándola a San Juan Bautista y celebrándola a día de hoy como la noche de San Juan.
En esta noche de San Juan se encendían grandes hogueras como ahora, donde el fuego era el elemento mágico que protegía a las personas de los animales salvajes.
También el Fuego representaba la transmutación y liberación de lo viejo y caduco, de lo oscuro, para renacer en la luz y lo nuevo.
La Noche de San Juan el velo entre los dos mundos es más fino, donde todo puede suceder. Tenemos más facilidad de contactar con el mundo feérico (hadas, duendes, elfos…) y las hierbas, plantas y flores tienen propiedades mágicas para la sanación.

Litha es la época donde todo se renueva, es la abundancia, la belleza de la Tierra y el poder de la Luz.
A un nivel psicológico estamos más abiertos, con ganas de empezar cursos y cosas nuevas, de experimentar la vida en todo su apogeo, de tener experiencias sexuales más intensas, de contactar con todos nuestros sentidos para percibir la maravilla de la vida, contactar con la naturaleza, estamos más activos y enérgicos con ganas de celebración.
El agua es el elemento que equilibra el fuego solar en Litha, por lo que nos apetece estar más en contacto con él a través de los ríos, playas, piscinas…
Sandra Gamero
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