Ritual especial de Fin de Año

Samhaín nos permitió dejar atrás y soltar todo aquello que ya no servía. En Yule es momento de planear nuestras metas de cara al siguiente ciclo.

Para que un propósito sea viable, tiene que ser realista, programado en el tiempo, específico y formulado en positivo.

Antes de empezar a elaborar mis metas, limpio mi casa de dentro hacia fuera y también la limpio energéticamente. Te puede servir ruda, romero o salvia para sahumar tu espacio y así quede bien armónico.

Después me doy una ducha con sal para purificar también mi cuerpo.

Y a continuación medito un ratito para armonizar mi mente y espíritu. Normalmente escucho mantras que me ayudan a elevar la frecuencia vibratoria.

A continuación, elaboro mi altar de Yule el cual me ofrece la fuerza y la inspiración necesarias para concretar lo que quiero.

En tu altar puedes colocar todo aquello que represente al invierno: plumas, incienso, bayas, hojas, ramas de árboles, piñas…

Una vez elaborado mi altar, comienzo a escribir mis propósitos para el 2019 hasta el siguiente ciclo de Yule. Suelo llamar a mis guías espirituales y a la Gran Madre para que me acompañen en este ritual.

Después de escribir mis deseos, escucho alguna canción que me conecte con el corazón, y llevo la hoja a esa zona, para que no sólo se queden en la mente, sino también que reciban amor.

Y a continuación, bajo la hoja al útero si soy mujer y si eres un hombre al segundo chakra (por debajo del ombligo), para que las metas tengan la fuerza necesarias para llevarlas a cabo.

Por último, dejo mis propósitos en el altar hasta el siguiente solsticio de invierno para que se consagren y consiga la ayuda espiritual que necesito.

Después de este ritual, doy las gracias a los seres de luz que me acompañaron en este ritual.

Inspiro profundamente y… ¡bienvenido 2019!

Sandra Gamero